Descubrir verdaderos tesoros artísticos requiere algo más que buen ojo: se necesita experiencia, información fiable y un acompañamiento profesional adecuado. Decidir qué arte coleccionar no es una tarea menor, especialmente en un contexto donde las dinámicas del mercado cambian con rapidez y las oportunidades pueden surgir en los lugares menos esperados.
Desde Arte Global observamos que la tendencia hacia el arte emergente sigue ganando protagonismo. El último análisis del mercado de la Dra. Clare McAndrew en el Art Basel & UBS Global Art Market Report 2025 refleja un creciente interés, por parte de coleccionistas, hacia artistas jóvenes o en etapas iniciales de su carrera. Este cambio de comportamiento entre 2023 y 2024 no solo pone en valor la creatividad contemporánea, sino que también señala una transformación en la forma en que se construyen hoy las colecciones de arte.
Además, los datos recientes muestran un incremento del 3 % en el número de transacciones de valor menos a 5.000 dólares en el mercado global en 2024, alcanzando los 40,5 millones de operaciones. Esta cifra sugiere una mayor actividad en los segmentos de precios más moderados, donde el arte emergente se posiciona como una inversión accesible y con potencial de crecimiento. Frente a los artistas consolidados —cuyas obras suelen alcanzar cifras astronómicas—, los artistas emergentes ofrecen la posibilidad de entrar en el mercado con obras de calidad sin comprometer grandes presupuestos.
Coleccionar arte emergente es también una forma de apoyar al talento vivo, de participar en su desarrollo y de construir una colección que evoluciona al ritmo de las trayectorias artísticas que la componen. Esta conexión personal y emocional con la obra y su creador es una de las experiencias más enriquecedoras que puede ofrecer el coleccionismo.
Aunque no representa una apuesta tan segura como adquirir obras de artistas establecidos, el arte emergente refleja un mercado vivo, dinámico y en constante transformación. Cada vez más coleccionistas se dejan guiar por su intuición, por sus pasiones y por el deseo de formar parte activa de las nuevas historias del arte. Esta actitud pone de relieve uno de los rasgos más apasionantes del mercado: que seguir la emoción, la sensibilidad y la convicción personal puede ser, a largo plazo, la mejor estrategia de todas.