Antoni Campañà nació a la vez que el fotoperiodismo, campo en el que se hizo nombre como reportero deportivo y pionero de la postal turística. Antes de cumplir treinta años, Campañà había logrado un amplio reconocimiento nacional e internacional por ...
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Antoni Campañà nació a la vez que el fotoperiodismo, campo en el que se hizo nombre como reportero deportivo y pionero de la postal turística. Antes de cumplir treinta años, Campañà había logrado un amplio reconocimiento nacional e internacional por su refinado dominio del bromóleo. En los años anteriores a la guerra civil, recibió numerosos premios y consolidó su posición como artista. Fue integrante de Agrupació Fotogràfica de Catalunya y en 1933 viajó a Múnich para formarse con el fotógrafo Willy Zielke. Llevó adelante un importante trabajo de experimentación e innovación, trascendiendo así los parámetros pictorialistas y convirtiéndose en un referente sin paralelo de la fotografía experimental en España. De esos primeros años 30, nos quedan composiciones como Tracció de sang (1933), enmarcada dentro del retrato costumbrista de la labranza y la tradición.
Al estallar la Guerra Civil, el compromiso político de Campañà se abre paso a través de su mirada y le lleva a componer una extensa documentación fotográfica de la guerra. Al contrario que muchos de sus contemporáneos, el testimonio visual de Campañà permaneció oculto durante décadas. Treinta años después de su muerte, su familia encontró las imágenes guardadas en cajas rojas, las cuales salen a la luz en La caja roja (2019), de la mano del reportero Plàcid Garcia-Planas, el historiador Arnau Gonzàlez i Vilalta y el fotógrafo David Ramos, editado en catalán y castellano por Comanegra y por Éditions du Seuil en francés.
Del 18 de marzo al 18 de julio de 2021 tendrá lugar en el MNAC (Museu Nacional d’Art de Catalunya) la exposición La guerra infinita. Antoni Campañà.
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