
En los últimos años, el mundo de las subastas de arte ha experimentado un enfriamiento que no pasa desapercibido. Según informes recientes, las ventas en subasta han caído un 6% en lo que va de año, lo que marca el tercer descenso consecutivo. En términos económicos, esto se traduce en más de 3.000 millones de dólares menos en comparación con 2022.
A primera vista, estas cifras podrían sonar alarmantes. ¿Se trata del principio del fin para las grandes casas de subastas? Nuestros expertos coinciden en que no estamos ante un colapso total del mercado del arte, sino ante una transformación profunda.
Los coleccionistas no han dejado de comprar, pero sí han cambiado sus prioridades y hábitos. Hoy, la búsqueda de piezas únicas, el interés en artistas emergentes y las nuevas formas de adquirir arte (ya sea online o a través de ferias y galerías más pequeñas) están redibujando el mapa del coleccionismo.
¿Nuevos coleccionistas? Nuevas reglas no escritas
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Menos FOMO, más due diligence. Proveniencia, comparables, liquidez histórica y coste de conservación pesan más en la decisión.
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Interés transversal. Convivencia entre nombres establecidos y artistas emergentes. La narrativa y el contexto curatorial vuelven a ser palancas de valor.
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Sostenibilidad y un giro hacia lo local. Crece la sensibilidad por prácticas responsables (materiales, transporte, seguros), y un interés marcado en los artistas locales, algo que ya afecta a la logística y a la planificación de ventas.
Cómo moverse ahora...
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Vende con estrategia, no con prisa. Elige la plaza y la semana correctas; a veces una venta privada bien posicionada rinde más que una subasta saturada.
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Compra con tesis. Define por qué esa obra (narrativa, encaje en colección, historial de exposición) y qué horizonte temporal tienes.
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Pide datos. Solicita comparables, informes de condición y contexto curatorial. Pregunta por garantías, comisiones y escenarios de precio.
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Diversifica. No solo por artistas, también por medios, periodos y geografías.
- Asesorate con expertos. No confíes en cualquiera, y fíate de aquellos que conocen realmente como funciona el mercado.
¿Qué significa esto para el futuro?
El mercado del arte no está desapareciendo: está evolucionando. Las casas de subastas que logren adaptarse a estas nuevas tendencias —desde explorar canales digitales hasta acercarse a públicos más jóvenes y diversos— tendrán la oportunidad de liderar este nuevo ciclo.
En conclusión, más que una crisis, estamos ante un cambio de paradigma. Y en ese cambio, quienes sepan leer las señales estarán siempre un paso adelante.